Al analizar la dinámica de aguas subterráneas de Daca, Holly Michael y sus colegas de la Universidad de Delaware llegaron a la conclusión de que en los próximos 10 años, Bangladés podría quedarse sin sus fuentes de agua potable.
De acuerdo con su estudio, publicado en la revista Nature, los flujos de aguas subterráneas, que transcurren cerca de la superficie de esta metrópoli asiática, contienen una alta dosis de arsénico y otras sustancias tóxicas, provenientes en la mayor parte de ríos como el Brahmaputra y el Ganges.
Además, el problema se agrava por una intensa extracción de agua de los pozos privados de Daca. Este hecho contribuyó al cambio de la dirección de los flujos acuáticos que ahora transcurren en el subsuelo de una manera vertical.
Si en un futuro próximo el nivel de aguas subterráneas disminuye en unos pocos metros, casi toda el agua potable se filtrará todavía más sin obstáculos. A menos que no se emprendan medidas urgentes, no solo Daca y otras regiones de Bangladés, sino Birmania y la India, corren el riesgo de quedarse con sus depósitos inutilizados.
Actualmente, el delta formado entre los ríos Ganges e Indo está considerado como una de las zonas más pobladas del mundo. Al menos 750 millones de personas viven en esta área, especialmente afectada por la contaminación.