Le arrebataría la alcaldía a Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), que gobierna la mayor ciudad de América del Sur desde 2013 y que ahora aparece en cuarto lugar en las encuestas, con un 12% de intención de voto, según el Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (IBOPE).
Es probable que Doria, en cualquier caso, tenga que enfrentarse al segundo turno con el segundo candidato más votado, ya que las encuestas no le dan margen suficiente para ganar en la primera ronda —cuenta con un 28% de apoyos—.
Doria es el candidato propuesto por el gobernador Geraldo Alckmin, uno de los hombres fuertes del PSDB y al principio era un gran desconocido para la gran mayoría de electores, especialmente entre las clases populares de la periferia.
Con un patrimonio de 180 millones de reales (56 millones de dólares), según lo declarado al Tribunal Superior Electoral, Doria presume de haber financiado parte de su campaña electoral con recursos propios.
Doria tiene una carrera labrada en el campo empresarial y de la comunicación, bazas que aprovecha para presentarse como un "administrador" alejado de los políticos tradicionales, mientras intenta librarse de la etiqueta de "Joao Dólar" y de falta de experiencia en la política que le ponen sus adversarios.
En segundo lugar en las encuestas (24% de los votos) aparece Celso Russomano, del conservador Partido Republicano de Brasil (PRB), que ya intentó convertirse en alcalde en las elecciones de 2012, que le daban como favorito.
Russomano es una cara muy conocida entre los paulistas, ya que durante años presentó en la televisión un popular programa de defensa del consumidor y está presente en la vida política desde los años 90.
La senadora Marta Suplicy, que dejó el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) para afiliarse al Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) de Temer, aparece en tercer lugar en las encuestas, con un 15% de intención de voto.
Suplicy fue alcaldesa de Sao Paulo entre 2001 y 2005 y ocupó las carteras de Turismo y Cultura con los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, respectivamente, aunque su salida del partido hace un año fue muy abrupta, llena de críticas a la gestión de la expresidenta.
Uno de los peores colocados en las estimaciones de voto es el actual alcalde, Fernando Haddad, del PT, que ocupa el cargo desde 2013.
Su gestión ha estado dominada por la reducción de la velocidad en el tráfico, la construcción de cientos de kilómetros de carril bici y en general por los intentos de hacer una ciudad más amable para el peatón.
Según los últimos datos del Ibope tiene un 12% de intención de voto, desgaste que atribuye al lanzamiento de la candidatura de Luiza Erundina con el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), que le roba votos en el espectro de la izquierda.
