"El despliegue de estos sistemas antimisiles no solo afecta los intereses de Pyongyang, sino también los de China y, en cierta medida, de Rusia", dijo en una rueda de prensa.
El pasado julio, Seúl y Washington lograron un acuerdo para desplegar en territorio surcoreano una batería THAAD, que se haría operativa a finales de 2017 como muy tarde.
Tanto Seúl como Washington reiteraron que el THAAD solo pretende contrarrestar la amenaza norcoreana, pero Pekín y Moscú sospechan que en el fondo EEUU busca aumentar su presencia en la zona y monitorear sus defensas.
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El sistema THAAD (siglas en inglés de Defensa Terminal de Área a Gran Altura) está diseñado para detectar misiles balísticos con radar terrestre e interceptarlos a una altitud de entre 40 y 150 kilómetros. Una batería THAAD incluye un radar TPY-2 TM, seis lanzadores, 48 misiles interceptores y un punto de mando.