"Da la impresión que fue peor el remedio que el mal", cita The Global Times a uno de estos viajeros, decepcionados ante el aspecto moderno que presenta la muralla en la actualidad.
El fragmento en cuestión se encuentra entre las provincias de Liaoning y Hebei, que se construyó durante la dinastía Ming, a partir del siglo XIV, asemeja una pista de ciclismo cubierta de cemento blanco para comodidad de los turistas.
Ding Hui, jefe de la Oficina de Antigüedades Provinciales de Liaoning, reconoce que "realmente fue una remodelación fea", aunque la primera reacción de las autoridades chinas ante los comentarios y las fotos de los usuarios de la red consistió en comprobar su veracidad.
Desde 1987 la Gran Muralla China, que mide más de 20.000 kilómetros, forma parte del Patrimonio de la Humanidad, protegido por la Unesco.
La conservación de este gigantesco monumento histórico causa una gran preocupación en los últimos años, pues solo un 8% de la muralla se encuentra en un buen estado de conservación.