La alcaldía de la prefectura citó a los representantes de los Ministerios de Exteriores y de Defensa de Japón para entregarles una nota de protesta por la catástrofe en la que denunciaban el peligro que representa la presencia militar estadounidense en la zona.
Las autoridades de Okinawa recordaron que hace un año un hecho similar sucedió en la ciudad de Uruma, "pero hasta la fecha no se han tomado medidas y ahora se produce otro incidente".
"No podemos contener nuestra ira (…) Las medidas para evitar que se repitan estos casos han sido insuficientes", dijeron los portavoces de la alcaldía, citados por la cadena NHK.
Las autoridades de Okinawa exigieron suspender los vuelos de los aviones de combate estadounidenses Harrier II hasta que no se aclaren las causas del siniestro.
Todo ocurre en medio de la pugna entre la prefectura y el Gobierno nipón por la construcción de una polémica base estadounidense.
La prefectura de Okinawa ocupa solo el 0,6% del territorio del país, pero allí se encuentran el 74% de las instalaciones militares de EEUU y más de la mitad de sus efectivos: 25.800 uniformados y 19.000 familiares y otros civiles.