En la última década la proporción destinada a refinación había sido alrededor de la mitad, para el consumo interno, mientras que el resto se estimaba a la exportación.
El crudo de exportación marcó 1,4 millones de barriles, sobre todo a EEUU, es decir un 67%.
Al cierre de 2015, el 47% del crudo se procesó en las refinerías nacionales mexicanas y 53% fue exportado.
La reducción del crudo refinado deja sin operación un 40% de la capacidad instalada, y la importación de gasolina subió, de casi la mitad del consumo diario, a más de 60% al día.
La producción de México bajará en 2017 un total de 1,5 millones de barriles de crudo extraídos al día (b/d), desde el pico de 3,4 millones de b/d alcanzado hace 12 años, a solo 1,9 millones de b/d previstos para 2017 en el presupuesto federal, enviado a principios de este mes al Congreso.