Los sacerdotes, Alejo Nabor Jiménez, de 50 años, y José Alfredo Suárez, de 30 años, fueron encontrados muertos horas después en un paraje conocido como la Curva del Diablo, en el municipio de Poza Rica, a unos 230 km al este de la capital, cerca de las costas del Golfo de México.
Los religiosos y el chofer de la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, fueron secuestrados por un grupo de malhechores en las instalaciones religiosas.
El chofer de la iglesia logró escapar de los secuestradores y se encuentra bajo resguardo de las autoridades.
El ejército Mexicano y las autoridades de seguridad pública de Veracruz implementan desde el fin de semana un operativo especial con seis bases de operaciones móviles en la región con elevados índices de criminalidad han alcanzado niveles insostenibles, con ejecuciones, extorsiones y secuestros.
La violencia en México alcanzó a la Iglesia católica en los últimos 25 años: la lista de los pastores que han perdido la vida de modo violento de 1990 a 2015, la integran un cardenal, 36 sacerdotes, un diacono, cuatro religiosos, cinco laicos y una periodista católica.
La tendencia de atentados contra sacerdotes sigue al alza, con un aumento de un 120%, en el año 2015. En entre 2014 y 2015 ocurrieron ocho asesinatos, por causas relacionadas con su actividad pastoral, de acuerdo con organismos religiosos.
La violencia en México se ha incrementado casi un 40% en 2016 con respecto al año pasado, de acuerdo con cifras presentadas el 30 de agosto por el Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP).
De enero a julio de este año, se han cometido 12.376 homicidios dolosos en el país latinoamericano, 3.392 víctimas más de ese tipo registrados en el mismo lapso del año pasado, un incremento de 38 por ciento, según el organismo federal.