El equipo de la emisora Zazerkalye —A través del espejo— comenzó a trabajar en marzo de 2014. Tatiana Shcherbakova, estudiante de la Universidad Estatal de Moscú, tras visitar Radio Nikosia —una cadena española dirigida por personas con problemas de salud mental— decidió hacer algo similar en Rusia.
La página web de la radio fue lanzada oficialmente en noviembre de 2014. Zazerkalye cuenta con juegos de radio, historias, entrevistas y lecturas literarias. Actualmente, el contenido de la página web se compone de podcasts cortos, pero en el futuro la estación tiene previsto emitir en directo.
"Creo que si nuestro proyecto… nuestra radio funciona, entonces puede convertirse en una plataforma exitosa con el fin… de reunir a las personas con discapacidad mental. Sus voces serán escuchadas no solo por los médicos u otros pacientes, sino por otras personas, sanas. Y entonces nosotros, los enfermos mentales, mostraremos que también podemos ser útiles para la sociedad, que podemos trabajar y ser creativos", expone Dima, de 47 años, primer presentador de la emisora.
La misión principal es cambiar la actitud de la gente hacia los enfermos mentales en el mundo y destruir los estereotipos.
Los enfermos mentales aseguran que, ante todo, pierden el trabajo y la oportunidad de relacionarse con gente sana.
"No es que necesitemos mucho dinero… quiero decir que no necesitamos una gran cantidad de dinero, sería suficiente tener solo un poco. Bueno, para comprar flores para la novia y ahorrar para comprar un nuevo teléfono".
"Pero lo más importante es la oportunidad de estar entre personas sanas, la oportunidad de sentirse normal", comentan los participantes del proyecto.
La historia de Kostya
En uno de los podcasts, Kostya, que padece una enfermedad mental grave, relata cómo se volvió loco, literalmente.
"Recuerdo que mi novia y yo decidimos celebrar una sesión de espiritismo", empieza Kostya.
"Mi enfermedad ya estaba progresando, y me interesaba por todas esas cosas sobrenaturales. Recuerdo escribir dos palabras con mis dedos: 'Estás loco'. Así me contestó el espíritu".
"Me enojé mucho. Salí corriendo, me metí en el coche. Estaba en zapatillas. Era verano de 1998. Me pareció que me perseguían los servicios de seguridad. De pronto pensé que tenía que hablar con algunos funcionarios acerca de lo que estaba ocurriendo en nuestro país. Y fui al Kremlin para hacerlo", cuenta.
"Unos pocos minutos después, vinieron los guardias. Les pedí que me pusieran en contacto con el primer ministro. Llamaron a la Policía. Dos semanas más tarde, yo estaba en un hospital mental", concluye Kostya.
La página web de la emisora enfatiza que "sus historias no siempre son tragedias. Por supuesto, la enfermedad le quita a uno muchas cosas, pero también le da algo de cambio": ver el mundo de otra manera.