Antes se creía que, aparte del hombre, solo los babuinos podían leer, hasta que los investigadores de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, entrenaron a las palomas para que tocaran con el pico palabras inglesas de cuatro letras en la pantalla, o, al contrario, teclearan un símbolo particular, siempre que aparezca un conjunto de caracteres que no componga una palabra, por ejemplo, FOCK.
Añadiendo cada vez más palabras, los investigadores enseñaron a las aves hasta 58 palabras, como fue en el caso de la paloma más lista, Q35, mientras que el resto aprendieron un promedio de 43 palabras.
"La reacción de las palomas hacia las palabras conocidas y las tergiversadas demostró su sensibilidad singular respecto a la posición de letras en la palabra", afirman los investigadores.
"Las palomas están separadas de los seres humanos a 300 millones de años de evolución. Tienen una arquitectura de cerebro totalmente distinta y demuestran unas capacidades asombrosas en el procesamiento de la ortografía", comentan los neozelandeses los resultados de su estudio.