La fotógrafa rusa Margarita Kareva convierte a sus modelos en personajes de cuentos de hadas y las coloca en un ambiente salvaje, captando un sinfín de matices de la naturaleza femenina. El resultado es siempre una auténtica obra de arte.

Joven con la lechuza.

Joven con el gallo.

Joven llevando hierba.

Joven nadando bajo el agua.

Joven con el tocador típico ruso (“kokóshnik”).

Tres jóvenes.

Joven tocando balabaika.

Joven con la oveja.

Joven y el cierno.

Joven y los osos.

Joven con los ovillos (un ovillo en los cuentos rusos suele mostrar al héroe el camino a seguir para encontrar el tesoro o un artefacto mágico).

Joven tomando té.

Joven llevando el tocador típico ruso kokóshnik.
