Los organizadores han previsto un despliegue de unos seiscientos agentes de policía por toda la ciudad. El recinto en el que se instalan las carpas de la feria se encuentra vallado y no se permite la entrada conr con mochilas y grandes bolsos. El dispositivo incluye también una treintena de vídeo-cámaras de seguridad.
En rueda de prensa el vicepresidente de la Policía de Múnich, Werner Feiler, explicó que se parte de la base de que hay "un riesgo abstracto elevado", aunque insistió en que no hay "ningún indicio que apunte a un peligro concreto".
Mientras tanto, son miles los que ya hacen largas colas ante los accesos del recinto, dispuestos a tomarse algunas birras. Se pronostica que, hasta el 3 de octubre, unos seis millones de personas visitarán la fiesta de la cerveza y se beberán más de siete millones de litros de cerveza.
Oktoberfest se celebra entre los meses de septiembre y octubre en la ciudad Bávara de Múnich desde 1810. Es la fiesta popular más grande de Alemania y una de las mayores del mundo.