El siglo XX está lleno de personajes e historias curiosas, y la que protagonizó Skossyreff es, sin duda, una de las más rocambolescas. Este aventurero nació en Vilna, la capital de Lituania —en aquel momento parte del Imperio ruso— en el año 1896 y tras el estallido de la revolución, en 1917, huyó del país. En su errático exilio y después de haber trabajado como espía para el Reino Unido, Skossyreff acabaría llegando al Principado de Andorra, un pequeño e idílico país pirenaico situado entre Francia y España.
La 'casa de los rusos'
La localidad andorrana de Santa Coloma acogió a Skossyreff durante su primera estancia en el Principado, en una vivienda que todavía es conocida por los vecinos del lugar como la 'casa de los rusos'. Desde allí, y gracias a sus habilidades sociales y poder de convicción, el hombre empezó a conspirar para lograr que el Consell General de les Valls d'Andorra —el Parlamento andorrano— le nombrara rey.
L'any 1935, el rus Boris Skossyreff es corona rei d'Andorra. Sis dies després, és detingut i expulsat a Portugal. pic.twitter.com/OioHT5rzIN
— Andorra Tresors (@Andorra_Tresors) 16 de abril de 2014
Desde el año 1278, el Principado de Andorra es un Estado independiente cuya jefatura está repartida, de forma conjunta, entre el obispo de la Seu d'Urgell —una pequeña ciudad situada en el norte de España— y, en su momento, el conde de Foix —título nobiliario francés que acabaría recayendo, tras la revolución, en el presidente de la República Francesa—.
Esta equilibrada estructura de poder se había mantenido de forma imperturbable durante siglos hasta la irrupción de Skossyreff en este tranquilo rincón de los Pirineos. El 7 de julio de 1934, con 23 votos a favor y solo uno en contra, el ambicioso Boris fue elegido rey de Andorra.
Un casino, la posible causa de la 'elección' del rey
El intrépido hombre se proclamó entonces Boris I y las líneas maestras de su reinado iban a consistir en convertir Andorra, en aquel momento un país pobre y eminentemente rural, en un Estado a imagen y semejanza de Mónaco o Luxemburgo, en el que el juego fuera legal y se dieran ventajas fiscales a los inversores de todo el mundo.
Sin embargo, la hazaña de Skossyreff acabó pronto y de forma abrupta, cuando el 21 de julio de 1934, pocos días después de que se iniciara su reinado, fue detenido por un grupo de guardias civiles enviados por el obispo de la Seu d'Urgell, que lo sacaron de su residencia en Andorra y lo condujeron primero a Barcelona y después a Madrid.
Con el rey ruso depuesto y fuera del país, las cosas en el Principado no tardaron en volver a ser tal y como habían sido desde el siglo XIII.
El final de Boris
Son muchas las historias contradictorias sobre qué le pasó después a Skossyreff, pero tras pasar un tiempo en prisión —como en toda buena historia de espías— se perdió el rastro de este aventurero que pasaría a la historia de este pequeño país pirenaico como Boris I, el primer y único rey de Andorra.