"Los acontecimientos de los últimos años no dejan lugar a dudas que la disminución en la demanda del gas ruso no es un problema local, sino una tendencia de larga duración que influirá directamente en sus políticas: en el sector de materias primas y el comercial", dice un comunicado publicado en la página oficial de la agencia.
Para poder contrarrestar esta situación, Moscú planea aumentar cinco veces la producción de gas licuado e incrementar entre ocho y nueve veces sus exportaciones a los países de la cuenca del Pacífico.
"A largo plazo, Rusia tendrá que realizar estudios geológicos y asimilar nuevas regiones, ricas en gas, como la plataforma continental ártica para poder llegar a niveles de extracción de 800.000 millones de metros cúbicos al año", concluye el comunicado.