"El Ejército norteamericano, al igual que antes, continúa instalado en Alemania, dado que desde allí puede realizar operaciones a gran escala hacia el este y el sureste", explicó Scholz, quien recordó que, en 2003, EEUU realizó ataques en Irak desde tierras alemanas.
En ese sentido, las muertes ocasionadas por drones lanzados desde Alemania "son una clara violación del derecho internacional", ya que lo anterior ocurre en estados con los que EEUU no se encuentra en guerra, es decir, que los asesinatos "ocurren al margen de lo legal".
En ese sentido, Alemania tendría una culpa legal equiparable a la de EEUU, pero, "por ahora, el Gobierno germano no ha intervenido en el proceso, comportándose como los famosos tres monos chinos ".
"A fin de cuentas, hasta ahora no ha habido voluntad política, ni siquiera una posibilidad (a causa de la presión norteamericana) de poner fin a la presencia de tropas estadounidenses [en Europa]", prosiguió Scholz.
Las bases estadounidenses en Europa comenzaron a aparecer después de la II Guerra Mundial con el pretexto de defender a Europa de la amenaza soviética. Esta era el objetivo principal de la OTAN. Eso continuó durante 40 años de Guerra Fría. Después de la caída de la Unión Soviética, EEUU continuó su expansión por Europa del Este y, hoy en día, países como Rumanía, Bulgaria y Polonia cuentan con escudos antimisiles, mientras que el despliegue de tropas en los países del Báltico es un paso más de la expansión de la OTAN.