Las imágenes tomadas por el telescopio Hubble permitieron a los astrónomos contemplar por primera vez cómo la estrella N6946-BH1 de la constelación del Cisne se convierte en un agujero negro, dejando solo el calor de su vida, dice la publicación de la revista MNRAS.
Para comprobar este extraordinario descubrimiento, Jill Gerke de la Universidad de Ohio de EEUU y sus colegas, pidieron ayuda al equipo científico del telescopio Hubble, para que les proporcionara las fotos de la estrella N6946-BH1 del archivo antes de su desaparición, y les diera la oportunidad de tomar fotos del "lugar de la desaparición de la estrella" en los próximos años.
Los astrofísicos opinan que la fuente de este calor fueron los granos de polvo arrojados por la estrella en las últimas épocas de su existencia, cuando su cubierta exterior se hinchó y fue parcialmente arrojada al espacio. Actualmente, el agujero negro se "está comiendo" los restos de este polvo. Gracias a las huellas de este proceso grabadas por el Hubble, se hizo posible contemplar un agujero negro recién nacido por primera vez en la historia.