El último ensayo, realizado a las 9:00 hora local en la provincia Hamgyong del Norte —en el noreste del país—, conmemoró el 68º aniversario de la creación de la república. Esta acción unilateral provocó el rechazo de la comunidad internacional. El Consejo de Seguridad de la ONU planea convocar una reunión extraordinaria.
Mientras tanto, Pyongyang ignora abiertamente la reacción no solo de la ONU, sino también de sus vecinos. Los organismos internacionales no han tocado por el momento la tecla adecuada con la que presionar al país ermitaño —uno de los nombres con el que se conoce a Corea del Norte—, opinó en una entrevista a Sputnik Gueorgui Kunadze, antiguo vicecanciller ruso y catedrático del Centro de Estudios de Asia-Pacífico del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Exteriores de Moscú.
"Nadie sabe qué se puede hacer con ellos. Si endurecemos las sanciones hasta el máximo, tarde o temprano los norcoreanos, por no decir algo peor, 'cederán' al tener mucha hambre. Pero es una decisión moral bastante complicada matar de hambre a 20 millones de personas solo para influir sobre un Gobierno perturbado", expresó.
Otro especialista ruso en Corea, Andréi Lankov, catedrático de la Universidad de Kookmin, también indicó que las sanciones no están surtiendo efecto.
Lankov agregó que esta meta es inalcanzable y el problema de la actualidad es que la comunidad internacional "no quiere reconocer este hecho".
Anteriormente, Corea del Norte en varias ocasiones lanzó sus misiles balísticos y, como consecuencia, provocó la reacción frontal y las muestras de rechazo del resto del mundo.
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Además, ahora Pyongyang está sometida a sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU y varios países. Muchos analistas consideran que estos bloqueos son unos de las más duras en la historia del país y observan que ya han causado un daño económico considerable a la RPDC, pero no detuvieron los esfuerzos de la nación juche de desarrollar sus armas.