Según una investigación de la Universidad de Míchigan y el New York Obesity Research, los alimentos hipercalóricos pueden llegar a ser tan adictivos como la droga.
"Las comidas hipercalóricas son aquellas que el organismo absorbe muy rápido. Contienen grandes cantidades de sal, azúcar y grasa. Combinados estos tres elementos tienen un efecto simbiótico, es decir, se potencian. Al ingresar juntos al organismo generan desequilibrios químicos que nos dan ganas de volver a consumirlos. Por eso se puede relacionar con una droga", dijo a Sputnik Gabriela Fiorentino, nutricionista de Uruguay Crece Contigo, un programa del Ministerio de Desarrollo Social para la protección a la primera infancia y mujeres embarazadas de poblaciones vulnerables.
La adicción a la comida está definida por una pérdida del control sobre el consumo, la ingesta continua a pesar de las consecuencias negativas y la imposibilidad de abandonar los alimentos a pesar de querer dejarlos, según indicaron los especialistas del informe.
"Las papas fritas, el helado, las hamburguesas, las pizzas, las gaseosas. Todos estos alimentos tienen en común la presencia de sal, grasa y azúcar combinadas de forma excesiva. Son alimentos de consumo popular. Deberían consumirse en poca cantidad, pero en nuestras sociedades el mercado los ofrece en abundancia. Los alimentos hipercalóricos por lo general son ultraprocesados. Esto es intencional. Se usan estos nutrientes saturados para que la gente quiera consumirlos más. Esta es la lógica empresarial que rige también en los alimentos", explicó la experta.
A una conclusión similar llegó el estudio. "Los alimentos altamente procesados, que comparten características similares con las drogas —se consumen en altas dosis y poseen una rápida absorción- parecen estar particularmente asociados con la adicción a la comida".