"Los noruegos somos gente del norte, del centro y del sur del país. Pero noruegos somos también los que han emigrado aquí desde Afganistán, Pakistán y Polonia, desde Suecia, Somalia y Siria", afirmó el monarca, sosteniendo que "el hogar es donde está nuestro corazón".
Exigiendo el respeto a la diferencia cultural y a la libertad religiosa, el rey señaló: "Los noruegos creemos en Dios, en Alá, en todo y en nada", añadiendo en broma: "Hay noruegos a quienes les gusta el fútbol y noruegos a quienes les gusta el balonmano. Pero hay muchos que prefieren quedarse sentados en el sofá".
Al proclamar el amor al prójimo y la tolerancia, Harald subrayó: "Noruega somos chicos que aman a chicos, chicas que aman a chicas y chicos y chicas que se aman".
"En otras palabras, Noruega eres tú. Noruega somos nosotros. A pesar de todas las diferencias, somos un solo pueblo", concluyó el monarca noruego.