"Esos delincuentes que están en el Brasil, que resuelvan sus problemas con la justicia, sus problemas penales y luego que vengan a hablar de política internacional", dijo Zavaleta a la prensa local.
Para Zavaleta, citado por la oficial Agencia Boliviana de Informaciones (ABI), "Brasil hoy, después del golpe de Estado, tiene un Gobierno de delincuentes comunes, y esos delincuentes no van a venir a enseñarnos a hacer democracia, política o ideología".
La semana pasada, el Senado de Brasil destituyó por 61 votos contra 20 a Dilma Rousseff como presidenta, y de inmediato generó reacciones de rechazo de autoridades de Venezuela, Ecuador y Bolivia.
El Gobierno boliviano expresó su condena a lo que llamó "golpe parlamentario" contra Rousseff y a modo de protesta llamó en consulta a su embajador en Brasil.