Islam Karímov falleció la semana pasada a los 78 años de edad, tras estar durante 25 años al timón de Uzbekistán.
Su sucesor todavía no se anunció.
La falta de cambios en la situación interna entraña mayores riesgos de desestabilización para Uzbekistán que la amenaza islamista proveniente del Talibán afgano y de Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países), afirmó el experto y al mismo tiempo supuso que "de hecho no habrá cambios" en la política interna.
Uzbekistán seguirá con mucha probabilidad el camino recorrido por Turkmenistán tras la muerte del presidente Saparmurat Niyázov, supuso el profesor y al mismo tiempo recordó que el país tiene colosales dificultades sociales: el aumento de la pobreza, una corrupción arraigada y los sistemas de sanidad y de educación en mal estado.