A los tradicionales gritos de "Fora Temer" se unieron las pancartas cada vez más frecuentes de "Diretas já", que piden nuevas elecciones generales.
Los incidentes comenzaron al finalizar la marcha a última hora de la tarde en el Largo da Batata, cuando según varios testigos la Policía Militar empezó a usar bombas de gas lacrimógeno y disparos de pelotas de goma para dispersar a los manifestantes.
Las críticas de los movimientos sociales de izquierda a la repuesta policial se acrecentaron este lunes al saberse que 12 personas se vieron afectadas por la represión policial.
Hubo cinco intoxicados por el gas, cuatro heridos por impactos de artillería y tres por pelotas de goma, según un recuento del Grupo de Apoyo a la Protesta Popular.
La manifestación de este domingo en São Paulo fue la más numerosa desde que Temer asumió la presidencia el pasado miércoles tras el proceso de "impeachment" que apartó a la presidenta Dilma Rousseff definitivamente del poder.
También hubo manifestaciones en Río de Janeiro, Brasilia y otras capitales, aunque no tan masivas como la registrada en São Paulo.
Más aquí: "Temer estará todo el tiempo en la cuerda floja"
La polémica también tiene que ver con las palabras de Temer minimizando la magnitud de las protestas que se fueron sucediendo a lo largo de la semana.
"Son pequeños grupos, parece que son grupos mínimos, ¿no? (…) No lo tengo numéricamente, pero son 40, 50, 100 personas, nada más que eso. Ahora, en el conjunto de 204 millones de brasileños creo que eso es inexpresivo", dijo este sábado desde China, donde participa en la cumbre del G-20.
Este lunes, horas después de la manifestación de São Paulo, el ministro de Economía y Hacienda Henrique Meirelles, también presenta en China, reconoció que hubo "un número bastante sustancial de personas", aunque recordó que en Brasil ha habido manifestaciones mucho mayores.