El Senado votó a favor de destituirla de la presidencia, pero no se alcanzaron los votos suficientes para inhabilitarla durante ocho años para ocupar cargos públicos.
Para Temer se trata de una "pequeña situación embarazosa" que se superará fácilmente, según dijo nada más aterrizar en China, donde participará en la cumbre del G-20.
Temer también remarcó que el hecho de dividir el "impeachment" en dos votaciones diferenciadas no se trató de una "maniobra política" y se mostró satisfecho de los recursos que los partidos anteriormente citados presentaron ante el Tribunal Supremo Federal para intentar anular esa decisión.
Preguntado por las protestas en las calles que surgieron espontáneamente poco después de tomar posesión de su cargo Temer también quiso restarles importancia.
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"Tengo la absoluta convicción de que los brasileños quieren esto. Muchas veces quien se levanta, como un pequeño movimiento, siempre es un grupo muy pequeño de personas, ¿no? No son los que siguen la voluntad mayoritaria de los brasileños", aseguró en declaraciones a O Globo.