Rousseff fue apartada por supuestas maniobras fiscales irregulares por 61 votos a favor y 20 en contra, cerrando nueve meses de un largo proceso político que ha dividido profundamente a la sociedad brasileña entre los que defienden su destitución y los que creen que es un "golpe" orquestado por la oposición y las élites económicas.
Cronología de la destitución de #DilmaRousseff en #Brasil https://t.co/uzKDba4Ner pic.twitter.com/JPiu7wSrfq
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 31 de agosto de 2016
Contra todo pronóstico la votación decisiva en el Senado se dividió en dos; primero se votó la destitución del cargo y después la inhabilitación para ocupar cargos públicos durante ocho años, lo que trajo un resultado sorprendente.
Inesperado voto sobre la inhabilitación
Algunos senadores cambiaron de voto en esa segunda votación y decidieron permitir que Rousseff pueda seguir ejerciendo la función pública en los próximos años.
Sin embargo, se abre ahora un debate sobre si Rousseff entraría bajo la jurisdicción de la ley de la "Ficha Limpa", que prohíbe a los candidatos condenados por la Justicia presentarse a las elecciones.
La ley habla de concejales, alcaldes y gobernadores, no de presidentes; además, algunos analistas apuntan que hay un conflicto entre lo que establece esta ley y lo que dictaminaron con su voto los senadores, que actuaron en calidad de jueces.
Segundo impeachment de la historia
Tras el "impeachment" de Fernando Collor de Melo en 1992 Brasil vive la segunda destitución de un presidente democráticamente electo en las urnas desde que se recuperó la democracia.
Rousseff fue reelegida en las urnas en 2014 con más de 54 millones de votos, aunque en sus discursos de defensa la presidenta solía alegar que desde la misma noche en que ganó se puso en marcha la maquinaria para apartarla del poder.
La llegada de Temer al poder
Con la llegada de Michel Temer (PMDB, centro derecha) al poder los simpatizantes del PT y los movimientos sociales de izquierda alertan del riesgo de que se acaben los programas sociales que Lula y Rousseff implantaron en los últimos años y que sacaron de la miseria a millones de brasileños.
Para muchos analistas la clave ahora será si los que en los últimos meses prestaron apoyo a Temer –principalmente el PSDB— estarán dispuestos a asumir el desgaste de medidas impopulares como al reforma laboral, de las pensiones y los recortes en los servicios públicos.
Temer tiene ahora carta blanca para gobernar Brasil hasta 2018, cuando se celebrarán las próximas elecciones generales, e incluso podría presentarse a esta cita electoral, algo que no parece probable teniendo en cuenta su escasa popularidad.
Calma y hastío en las calles
Brasil asistió a este momento decisivo de su Historia en relativa calma; las protestas en la calle fueron minoritarias en las últimas semanas y tan solo se registró la presencia significativa de los partidarios de Rousseff.
La sensación generalizada es de agotamiento por un proceso demasiado largo y cuyo resultado final estaba muy claro para la mayoría de ciudadanos desde el pasado 12 de mayo.