"Hemos llegado a un acuerdo final, integral y definitivo para la terminación del conflicto y la construcción de una paz duradera", dice el comunicado conjunto 43, leído por el delegado de uno de los países garantes, Cuba, en una ceremonia transmitida por la televisión de la presidencia colombiana.
"La suma de los acuerdos contribuyen a la satisfacción de los derechos fundamentales" para los sectores más marginados, así como "los derechos a la verdad, la justicia y la reparación" para todas las víctimas del conflicto.
Para la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) este acuerdo además aborda el asunto central de la propiedad de la tierra y su concentración en pocas manos, según el texto leído.
La ceremonia se lleva a cabo con presencia de las delegaciones del Gobierno y de la insurgencia, así como de representantes de los países que han apoyado el proceso, Cuba, Noruega, Chile y Venezuela.
"El Gobierno de Colombia y las FARC hemos acordado suscribir el presente acuerdo final" cuya ejecución "pondrá fin de manera definitiva a un conflicto de más de 50 años", dice el texto.
El texto final se suscribe por las partes como acuerdo especial en los términos del artículo 3 común a los Convenios de Ginebra de 1949.
"No queremos que haya una víctima más en Colombia", dice el texto, que subraya el abandono de la violencia y de las armas para la lucha política.
Se busca "abrir espacios para la participación ciudadana de formas más variadas y espacios para el reconocimiento de las víctimas, el reconocimiento de las responsabilidades" y la comprensión amplia de la sociedad "de la necesidad de aprovechar la oportunidad de la paz.
Con el ánimo de consolidar las bases de la paz, las partes "convocarán a todos los partidos y movimientos a concertar un gran acuerdo político nacional para definir las reformas y ajustes necesarios a los retos que la paz demande", añade el texto.