"Lo más importante es el acto democrático, y muchas veces nos critican, pero esta es la mejor forma de demostrarlo", señaló uno de los líderes sindicales, Hugo Moyano.
La conducción colegiada reemplazará a los tres secretarios generales que lideraban cada corriente: Hugo Moyano (CGT Azopardo), Héctor Caló (CGT Alsina) y Luis Barrionuevo (CGT Azul y Blanca).
Tras cuatro años de división, la nueva central obrera contó con la presencia 1.582 congresistas en representación de 124 organizaciones sindicales, pero casi un centenar de gremios rehusó participar.
Tampoco asistió a congreso extraordinario el representante sindical de los trabajadores agrarios, Gerónimo Venegas, que presentó una impugnación ante el Ministerio de Trabajo por considerar que la nueva composición de la CGT atenta contra la carta orgánica de la central obrera.
El representante de los trabajadores bancarios, Sergio Palazzo, sí acudió al encuentro, pero para rechazar el triunvirato.
"No se pudo llegar a un acuerdo y ante el ofrecimiento que hemos tenido algunos de los compañeros de integrar el consejo directivo, quiero anunciarles que pueden disponer de esos cargos porque no los vamos a aceptar, pero nos vamos a quedar en la CGT", señaló el gremialista.
Antes de retirarse en medio de silbidos, Palazzo solicitó una huelga general antes de septiembre, y denunció la ausencia de casi un centenar de gremios en la CGT reunificada.
La nueva Confederación tendrá un mandato de cuatro años.