"El uso de la base de Hamadán por Rusia se ha suspendido en este momento", dijo el representante de Exteriores.
El portavoz, citado por Tasnim, precisó que "se trató de una misión concreta, que estaba autorizada y ha terminado ahora".
"Después de llevarla a cabo, han abandonado la base", añadió.
Según Qasemi, "Teherán y Moscú habían acordado dar a conocer su cooperación (en esta materia) después de terminada la operación aérea".
Por ahora, la parte rusa no ha comentado esta información.
La víspera, el ministro de Defensa iraní, Husein Dehkan, subrayó en declaraciones a la cadena de televisión IRIB que la república islámica en ningún caso va a proporcionar una base militar a Rusia, y que aviones rusos aterrizan en Hamadán únicamente para repostar antes de proseguir su vuelo a Siria.
"Los rusos no han venido aquí para quedarse", afirmó.
A la pregunta de por qué el anuncio sobre el uso de Hamadán vino de Moscú, y no Teherán, el ministro respondió: "Primero, porque Rusia quiere mostrar que es una superpotencia y puede ejercer gran influencia en las tendencias de seguridad: segundo, porque quisiera presentarse como un actor eficaz en el teatro de operaciones en Siria para poder negociar con EEUU y asegurarse un papel en el futuro político de Siria".
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Anteriormente, el mismo Dehkan dijo que Irán dejaría a Rusia usar el aeródromo de Hamadán mientras fuese necesario.
Hasta entonces, habían salido siempre de bases rusas, en particular, la de Mozdok situada en el Cáucaso Norte.
Expertos militares de Rusia estiman que el uso de aeródromos iraníes triplica la eficiencia de los bombardeos rusos en Siria.
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La distancia a cubrir se reduce de 3.000 a 700 kilómetros, por lo que los Tu-22M3 pueden cargar tres veces más bombas y los Su-34 no necesitan repostar en el vuelo.