Parmentier sostiene que, a pesar de la poca efectividad de las conversaciones en Minsk y de que la situación en el este de Ucrania se encuentra lejos de normalizarse, no es realista pensar que Rusia tenga algún interés en tomar, por ejemplo, Odesa.
"Desde que Moscú pasó a formar parte de la ofensiva contra el Estado Islámico [Daesh, proscrito en Rusia y otros países] en Siria, es cada vez más difícil imaginar que entre los intereses de Moscú se encuentre también emprender algún tipo de actividad militar en Ucrania".
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 19 августа 2016 г.
Según el experto, las declaraciones del presidente ucraniano apenas pueden conllevar una reacción por parte de Occidente, que más está interesado en el conflicto en el Oriente Próximo.
"La sociedad ucraniana no aceptará que Europa levante las sanciones contra Rusia sin ningún tipo de condición para no parecer débiles. Pero tomando en cuenta la ausencia de perspectivas para el levantamiento de las mismas, tomar una postura hostil no ha resultado efectivo".
Parmentier mantiene que Poroshenko no debe esperar ninguna reacción, porque "el apoyo de los socios internacionales depende de las reformas internas que implemente Ucrania y de la mejora de los múltiples problemas en la estructura interna del Estado".