Dehkan, citado por la agencia Tasnim, explicó que la producción local de armas ligeras había disminuido porque en los últimos diez años se había dado prioridad a proyectos aeroespaciales y navales.
Debido a las crisis regionales, añadió, Irán adquirió los fusiles AK-103.
El ministro no especificó la cantidad de las armas compradas a Rusia ni el importe de la transacción. Sí mencionó que en Irán también se habían creado ciertas infraestructuras para la producción local de fusiles.
El AK-103, que usa cartuchos de 7,62×39 mm, pesa 3,6 kilos con el cargador vacío que tiene capacidad para 30 balas, y tiene una velocidad de 600 disparos por minuto.