Los ataques se concentran en la capital, Rio Branco, y en otras cinco ciudades del Estado y contemplan autobuses y quioscos quemados.
Las autoridades informaron de que por el momento se ha detenido a 34 personas y que se sospecha que las órdenes para la realización de estos ataques parte de dentro de la cárcel de Rio Branco, según informa la prensa local.
El secretario de Seguridad del Gobierno de Acre, Emylson Farias, ha avisado de que se realizarán todas las operaciones necesarias: "Detendremos a todos los que haga falta, el Estado no se curva ante los bandidos y las amenazas", ha dicho.
Este tipo de ataques se han intensificado en los últimos meses en algunas regiones de Brasil, especialmente en el noreste.
A principios de agosto la ciudad de Natal, la capital de Rio Grande do Norte, también sufrió una ola de violencia similar que obligó incluso al envío de 1.000 hombres del Ejército.