— "Cualquier forma de discriminación contra un país o una persona basada en consideraciones de raza, religión, política, sexo o de otro tipo es incompatible con la pertenencia al Movimiento Olímpico" (Carta Olímpica)
Entonces, no es de extrañar la respuesta de los globalizadores 'iluminados' norteamericanos y sus lacayos de la OTAN para utilizar hasta los JJOO y así denigrar, calumniar y acusar a los atletas rusos en el fraude del dopaje bajo el control estatal de Moscú.
De esta manera, los JJOO que se vienen realizando en Río de Janeiro han sido convertidos por Washington en los Juegos Políticos y deciden utilizar la doctrina de Obama, que dice: "doblegar al más fuerte en todos los frentes para que todos se inclinen ante EEUU".
Todo esto no es nuevo, pero sí penoso. Si revisamos lo que ocurría con los participantes soviéticos en las olimpiadas en el siglo pasado, nos daremos cuenta que, desde la aparición de la Unión Soviética, los norteamericanos no podían estar en paz con la idea de que los atletas soviéticos, a quienes llamaban representantes del 'Imperio del Mal', eran capaces de vencer a sus colegas del supuesto 'mundo libre' en casi todas las disciplinas. Entre otras, comenzaron por acusar por ejemplo a las campeonas soviéticas en lanzamiento de disco, jabalina y martillo de ser 'machonas hermafroditas'. Sin poder presentar ninguna prueba válida, exigían que las soviéticas presenten pruebas genéticas de pertenecer al sexo femenino. Lo hacían por simple resentimiento y su incapacidad de competir con las atletas soviéticas que eran fuertes y grandes sin perder la feminidad. Ahora, cuando en la Olimpiada de Río vemos las enormes figuras de las lanzadoras de bala norteamericanas y de otros países, a nadie en su sano juicio se les ocurriría acusarlas de aquellas cosas estúpidas y ofensivas que utilizaba la prensa occidental contra las lanzadoras soviéticas. Ahora usan otras formas de ataque en el afán cobarde de ganar a toda costa.
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Lo curioso fue que el propio marido de Yulia, Vitaliy Stepanov, que trabajó en la agencia rusa de antidopaje (Rusada), perteneciente a la red mundial de WADA, fue quien le suministraba el dopaje a su propia mujer y también decidió a ganar buena plata y un puesto en EEUU. Así se convirtió en un informante de la central internacional de antidopaje. Se calcula que Stepanov había mandado más de 200 emails a la WADA desde 2013 denunciando que los rusos habían resucitado el programa de dopaje de la ex República Democrática Alemana (RDA). —En los años 1960-1970 se utilizaba el uso de esteroides en el entrenamiento no solo en la RDA, sino en la República Federal de Alemania (RFA) con la autorización de la Agencia Federal Alemana de Antidopaje NADA—.
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Los medios de comunicación globalizados no perdieron tiempo en desatar una aguerrida campaña antirrusa. El poderoso The New York Times exigió "prohibir la participación de Rusia en Río", The Times (Londres) declaró que "era hora de sacar Rusia de la Olimpiada", The Guardian anunció que "no hay lugar en la Olimpiada para los tramposos" y el periódico español El País afirmó que "la misión del Comité Olímpico consiste en sacar a Rusia del Siglo Oscuro". La publicación alemana Bild decidió ignorar la participación de deportistas rusos en Río. Las agencias de antidopaje de EEUU, Alemania, Canadá, España, Japón, Suiza y 20 grupos de deportistas olímpicos exigieron también prohibir a los rusos participar en Río. Estas acusaciones pueden ser infinitas si tomamos en cuenta que el jefe del laboratorio ruso de antidopaje, Grigoriy Rodchenkov, declaró a The New York Times sobre una supuesta trama de dopaje durante los Juegos Olímpicos de Sochi, la cual había ayudado a ganar medallas a por lo menos 15 atletas rusos. En la versión de Rodchenkov, el servicio secreto de contraespionaje ruso (FSB) participó en la sustracción y cambio de las pruebas de orines utilizando un agujero en el laboratorio.
Tema: Escándalo de dopaje en Rusia
Tampoco Rodchenkov pudo suministrar documentos concretos acusatorios a la WADA y a los medios occidentales de comunicación contra los deportistas olímpicos rusos. Sin embargo, para la WADA fue suficiente para iniciar un proceso contra los atletas rusos para no permitirles participar en la Olimpiada de Río. No cabe duda que las instrucciones vinieron de Usada (Agencia de Antidopaje Norteamericana) y del Comité Olímpico Norteamericano. Se sabe que el dinero manda, para esto el Gobierno estadounidense y el de Canadá aportan en conjunto el 29% del presupuesto de la WADA asignado a las autoridades de los países participantes en los Juegos Olímpicos. También el Comité Olímpico de EEUU (USOC) proporciona a la WADA el 27% del presupuesto asignado por otros Comités Olímpicos.
En este informe, elaborado en 2015, McLaren acusa a Rusia de aplicar un sistema de dopaje a sus atletas auspiciado por el Gobierno. Lo interesante fue la historia de este informe. Ya en 2011, la WADA utilizó a un exagente de la DEA, Jack Robertson, para 'investigar' el dopaje de los atletas olímpicos y fue él quien conectó a la atleta rusa Stepanova con el documentalista Seppelt. Desde el comienzo de la investigación, en la que participaron además de Robertson cinco exprofesionales de la CIA, el FBI, el Servicio Secreto y la DEA, el énfasis fue orientado hacia los deportistas rusos. Según instrucciones de la WADA, no les debían interesar a los investigadores los casos de dopaje en otros países.
A nadie le interesó que el documentó fuera basado prácticamente en las declaraciones del exjefe de la Rusada, Radchenkov, que acusó a las autoridades rusas sin presentar ninguna prueba. Tampoco McLaren tomó en cuenta los documentos enviados por las autoridades rusas y no presentó el nombre de ningún atleta ruso acusado de dopaje. Por alguna razón omite los datos científicos de la WADA que muestran que los atletas rusos tienen poca incidencia en el dopaje y que este fenómeno no es de exclusividad de los rusos sino de todos los países.
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Para colmo, McLaren acusó también a los Paralímpicos Rusos en el dopaje sin ninguna prueba metiendo a todos en el mismo saco, simplemente de aumento, pero de aumento político. Hace poco, el vicepresidente del Comité Paralímpico de Rusia, Oleg Simolin, declaró que el Comité Paralímpico Internacional, después del éxito de los atletas con discapacidad rusos en Londres, donde ocuparon el tercer lugar por la cantidad de medallas alcanzadas, "empezó a cambiar las distancias y tipos de competencias en las que nuestros atletas eran fuertes por otras para las que no estaban entrenados".
Curiosamente, la WADA tan quisquillosa con los deportistas rusos, no dijo nada respecto a los países que no cumplieron con el código establecido y suspendieron las pruebas de dopaje: Brasil, España, Bélgica, Francia, Grecia, México. Tampoco la WADA está interesada en hacer investigación de las agencias antidopaje norteamericana y canadiense. Las pruebas de la Usada son reconocidas inmediatamente sin ninguna investigación, mientras que las pruebas de Rusada pueden "ser abiertas y sustituidas las botellas", a pesar de que la compañía suiza productora de recipientes para las muestras de orines Berlinger Special AG declaró que era imposible abrir o reemplazar sus recipientes.
Será por esto que la WADA no consideró como dopaje el tónico DELTA G ofrecido como experimento a unos 300 atletas olímpicos estadounidenses y británicos. Este tónico basado en cetonas (ketones), elaborado por la profesora de Oxford Kieran Clarke, aumenta el rendimiento de los deportistas. Anteriormente, su autora creó un tónico para las fuerzas armadas para aumentar su capacidad de combate y resistencia.
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Mientras la WADA está callada, los americanos y los británicos están gozando de cetonas. A la vez, los deportistas rusos que lograron ser aceptados en la Olimpiada están luchando a pesar de todos los obstáculos que les pusieron en el camino la WADA y el Comité Olímpico Internacional. En el momento cuando se escribe este artículo ya están ocupando el cuarto lugar por la cantidad de medallas obtenidas. Este es el espíritu ruso que para los occidentales es difícil o, mejor dicho, imposible de entender.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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