El caso se refiere al nombramiento de Lula como ministro de la Casa Civil por parte de Rousseff el pasado mes de marzo, algo que según el fiscal general de la República, Rodrigo Janot, podría haberse hecho para otorgarle el foro privilegiado y brindarle así de las investigaciones que lidera el juez Sérgio Moro en la justicia ordinaria.
La conversación telefónica privada entre Rousseff y Lula en que la presidenta le ofrecía el cargo de ministro y que para muchos era la prueba de que trataba de encubrirle, quedó invalidada, al considerar el Supremo que Moro la grabó sin autorización por tratarse de dos personas con foro privilegiado.
Tras anular esta prueba Zavascki preguntó al fiscal si aun así quería que se les investigara, y éste respondió de forma afirmativa, alegando que había otras pruebas. La respuesta llegó en julio, pero el magistrado del Supremo ha tardado unos días en darle trámite.