Niño soldado. Su vida como revolucionario comenzó cuando tenía tan solo 13 años. Al día siguiente de que estallara la Revolución Francesa, ingresó como cadete al Regimiento de Infantería de Murcia, perteneciente al Ejército español. Dos años después se fue a luchar a Argelia.
Amor a distancia. Conoció a su esposa, María de los Remedios de Escalada, cuando ella tenía 14 años. Después de casados convivieron solo dos años juntos.
La cultura hará libre a los pueblos. Convencido de que las palabras eran más poderosas que las espadas, donó gran parte de sus libros para la fundación de la Biblioteca Nacional de Perú.
De tal palo, tal astilla. Por su valentía ayudando a soldados heridos durante la Primera Guerra Mundial, su nieta, Josefa Dominga Balcarce, fue condecorada por el Gobierno francés con la Legión de Honor.

Al morir se detuvo el tiempo. Los relojes en la casa de San Martín se detuvieron a las tres de la tarde, hora en que murió el libertador en Francia, el 17 de agosto de 1850.