La víspera, la ciudad rusa de San Petersburgo acogió la reunión de los mandatarios ruso y turco, la primera tras el empeoramiento de las relaciones bilaterales.
"No obstante, a largo plazo sus intereses no coinciden en absoluto, especialmente, sobre Siria, y también en los ámbitos de la economía y la energía", dijo un alto funcionario estadounidense.
Por su parte, el ex asesor de la administración del presidente George W. Bush, Thomas Graham, que encabezó entre el 2004 y el 2007 el programa para Rusia en el Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, explica que "la mayoría de aliados grandes dudan cada vez más respecto a Rusia, incluso si quieren aliviar la tensión".
Según Graham, aunque Turquía sigue siendo aliado de la OTAN, su defensa adquiere "un contexto distinto" si Turquía se convierte en "un Estado más totalitario" que flirtea con Rusia.
La crisis en las relaciones de Moscú y Ankara se desató en noviembre de 2015, cuando un caza turco derribó el Su-24 ruso que retornaba a su base tras atacar objetivos terroristas en Siria.
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El ataque se saldó con la muerte del piloto que fue tiroteado desde tierra tras eyectarse del avión; otro militar ruso murió durante la operación de rescate del copiloto.
Los primeros pasos hacia la normalización se dieron en junio de este año, después de que el mandatario turco pidiera perdón a Rusia por el derribo del avión.
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Turquía vivió en la noche del 15 de julio un intento de golpe militar que, según el balance actualizado del Ministerio del Interior, se saldó con 238 muertos —sin contar a los amotinados— y casi 2.200 heridos.