Según el representante de la Policía, el hombre sufre una "una crisis nerviosa" y puede estar relacionado de cualquier modo con el café donde se encerró.
Un grupo de negociadores, que incluye a agentes de la policía y psicólogos, trata de ponerse en contacto con el hombre.
Anteriormente, se comunicó que la Policía había acordonado el centro de la ciudad y que lo más probable era que el hombre no hubiera tomado rehenes ya que cuando entró en la cafetería, esta estaba cerrada y ordenó a los empleados que se encontraban en el local que abandonaran el lugar.