Creado por el Fondo de Investigaciones Avanzadas y la compañía Tiber en el marco del proyecto Sová, el nuevo aparato es capaz de volar durante 50 horas y ascender a una altura de 9.000 metros.
El primer prototipo de satélite atmosférico tiene una envergadura de alas de nueve metros y es extremadamente ligero, puesto que su peso es de tan solo 12 kilogramos.