En esas negociaciones, Ecuador logró algunas ventajas en sectores como aranceles, protección a las inversiones y provisión de servicios, entre otros.
Cuando en 2009 las condiciones parecían menos favorables, Ecuador, al igual que Bolivia, abandonó las conversaciones que mantenía con la UE en el marco de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) que esos dos países integraban junto con Colombia, Perú y Venezuela.
Cambio de rumbo
Para el director ejecutivo de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha, Christian Cisneros, el cambio se debió a una evolución política que ayudó a comprender que "un tema comercial no significa pérdida de soberanía".
"Al inicio, el Gobierno tenía una perspectiva de que todo lo que fuera libre comercio disminuía la soberanía, pero creo que el tema ha sido tratado con profundidad y, evidentemente, vivir aislados en un economía dolarizada es sumamente complejo", dijo Cisneros a Sputnik Nóvosti.
Tras la firma del acuerdo, el presidente Rafael Correa insistió en su discurso del 10 de octubre de 2014 que Ecuador "no firmó con la Unión Europea un tratado de libre comercio, sino un acuerdo comercial que protege a la industria nacional".
"Eso significa que se mantienen los aranceles de importación de esos artículos, con lo cual queda protegido el 60 por ciento de la producción nacional, si esto fuera un tratado de libre comercio no se hubieran hecho esas exclusiones, pero se hicieron porque es un acuerdo comercial", añadió.
Hoy restan solo los trámites finales, que incluyen la revisión de los documentos traducidos, así como la ratificación final por parte del Parlamento Europeo y de la Corte Constitucional y la Asamblea Nacional de Ecuador.
También hacen falta algunas revisiones finales sobre asuntos como cupos para importación de autos, salvaguardias extendidas, propiedad intelectual y reaseguros, en los que la UE mostró sus diferencias.
Aranceles y dólar
La caída de ese esquema causará al país una pérdida de unos 450 millones de dólares al año, según estiman las autoridades.
Además, como Ecuador adoptó el dólar, depende por completo del ingreso de esta divisa y no puede devaluar ni emitir moneda, quedando en desventaja ante sus competidores directos.
Pequeños están peor
Para Cisneros, "las industrias grandes podrían diversificar mercados" pero "las pequeñas realmente desaparecerían, sería algo aniquilante".
Un ejemplo es la producción de rosas, de la cual Ecuador ofrece "la mejor calidad", pero los costos de mano de obra e insumos son más caros que los de Colombia "que tiene una flor de menor calidad pero que ingresa al mercado europeo con preferencia arancelaria", explicó Cisneros.
Terminadas las preferencias ecuatorianas, "toda la industria dejaría de ser competitiva en Europa y eso llevaría a una pérdida de empleo", concluyó.
Buen acuerdo
La industria bananera, por ejemplo, ha perdido en lo que va del año 40 por ciento del mercado europeo, porque el banano ecuatoriano "paga al momento un arancel de 0,54 dólares por cada caja que ingresa a la UE", dijo el presidente de la Asociación de Exportadores de Banano, Eduardo Ledesma, al diario El Universo.
El 30 por ciento de las ventas no petroleras ecuatorianas se dirigen a la UE y en 2015 sumaron 2.019 millones de dólares.