El parlamentario reconoció que la modernización de las armas nucleares en sí no contradice los compromisos que EEUU asumió en el marco de los acuerdos de desarme.
Al mismo tiempo, señala que la incorporación de tales armas podría alterar el equilibrio nuclear, planteando ante Rusia la necesidad de reevaluar la eficacia de su arsenal,
"Por un lado, EEUU propone a Rusia continuar el diálogo para la reducción de cargas nucleares en el marco del nuevo acuerdo START y, por otro, moderniza su armamento nuclear", constató.
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La decisión, tomada tras cuatro años de desarrollo tecnológico, marca la última fase del proyecto previa a la producción que, según está previsto, empezará en el año fiscal 2020.
La B61-12 es la duodécima modernización de una bomba fabricada desde los años 60. Con esta actualización, EEUU espera prolongar su vida operativa 20 años como mínimo.