El socio de la ORKK en el proyecto será la empresa 3D Bioprinting Solutions, que tiene sus oficinas en Skólkovo y está especializada en las tecnologías de impresión 3D de objetos orgánicos.
El objetivo de la iniciativa es "la creación de una bioimpresora magnética capaz de imprimir fragmentos de tejidos vivos y órganos ultrasensibles a la radiación espacial" con el fin de estudiar los efectos negativos de la estancia prolongada en el espacio y desarrollar contramedidas para paliarlos, según el comunicado.
Los científicos de la Academia de las Ciencias de Rusia también participarán en el proyecto y se prevé que para el año 2018 la bioimpresora esté lista para su envío a la Estación Espacial Internacional.
En el futuro, se espera que las tecnologías probadas puedan ser utilizadas para regenerar el daño acumulado por los tejidos de los cosmonautas en su estancia en el espacio.
En la Tierra, los logros en este ámbito ayudarán a acelerar los procesos de bioimpresión de órganos.
A largo plazo, estos avances permitirán la impresión de nuevos órganos durante los vuelos tripulados e incluso durante las expediciones a otros planetas, explicó el comunicado.