Además, el 16% de esos menores nunca fue a la escuela y se dedica al cultivo para ayudar a sus familias, según contó en el programa de radio GPS Internacional Patricia Ocampo, coordinadora de Un Sueño Para Misiones, una ONG que busca denunciar esta situación.
"Yo soy una más de las tareferas —cosechadoras de yerba mate—. En un yerbal estuve embarazada y perdí mi hijo porque necesitaba [cosechar] para criar a mis [otros] hijos. Hace 16 años que trabajo de esto. Crié a todos mis chicos tarefeando, a toditos", dice la voz de una mujer en el documental 'Me gusta el mate sin trabajo infantil', creado por Posibl, una compañía multimedia que busca solucionar esta problemática.
"Lo siento mucho por mis niños porque no tienen un lugar para vivir. Entonces entramos y somos intrusos como todo el mundo dice… pero ojalá a Dios que siga todo bien, así", se escucha decir a otra mujer con la voz quebrada por el llanto.
En 2013 comenzó la campaña 'Me gusta el mate sin trabajo infantil', que denuncia el trabajo de menores en la provincia de Misiones. "Hay muchos chicos trabajando detrás de la cosecha de yerba. Como es manual y se gana por cantidad recolectada, las familias de cosecheros se ven obligadas a llevar a sus hijos a trabajar. Son los más pobres de nuestra provincia. Detrás de esta bebida nacional hay mucha gente sufriendo", aseguró Ocampo en el programa GPS Internacional.
La coordinadora de la ONG también explicó que esta situación ocurre desde hace más de 100 años en Misiones, donde nunca se han hecho censos para saber en qué condiciones viven las familias de tareferos. "Sin números no se puede abordar una problemática. En la cadena de la cosecha de yerba se habla del productor como el primer eslabón. Los tareferos son invisibles. No se hace nada para sacarlos de donde están", concluyó la activista.