"En la medida en que haya acuerdos entre Rusia y Venezuela que puedan aportar posiciones comunes en el contexto internacional, puede presionar a otros productores y generar, a largo plazo, una estabilización del mercado, ante la previsible caída de los precios", señaló.
Los acuerdos de cooperación firmados el jueves incluyen proyectos gasíferos mar adentro y comercialización de productos petroleros, según informó este viernes Rosneft.
El experto en administración de hidrocarburos y asesor del Banco Central de Venezuela destacó que el convenio firmado entre estas empresas no va a aumentar la sobreoferta que ya hay en el mercado.
A juicio de Mendoza Potellá se trata de proyectos de desarrollo a largo plazo, que necesitan una recuperación de los precios para que ser más rentable.
Rosneft es socio de Venezuela en la Faja Petrolífera del Orinoco, uno de los mayores reservorios de petróleo del mundo, situado al norte del río Orinoco, pero cuyos yacimientos están también entre los más costosos de explotar por su crudo pesado que necesita ser mezclado con petróleos livianos para poder procesarse en una refinería.
En ese contexto el analista consideró que los acuerdos firmados constituyen "una apuesta bastante riesgosa, bastante difícil, y realmente el apoyo de Rosneft es muy bueno para Venezuela, porque prácticamente nadie está ofreciendo apoyo de ese tipo, porque son muy costosos".
Para el analista, la relación petrolera entre Rusia y Venezuela debe ir orientada hacia una mayor cooperación y un mayor entendimiento del mercado internacional, porque ambos países tienen comunidad de intereses.
"No solo tienen intereses comunes en la Faja del Orinoco, sino porque Rusia también posee petróleo costoso, cuya producción podría estar siendo pospuesta por unos precios que no son rentables", observó.
La estatal petrolera rusa informó que se está invirtiendo un total de 20.000 millones de dólares para el impulso de las empresas mixtas.
"La Faja necesita mucha inversión y esa es apenas una parte de la necesaria y, es algo que no se va a dar en este momento, porque las grandes petroleras se están retirando de las inversiones muy costosas, como aguas profundas, el Golfo de México, de Angola, del mar del Norte noruego, y están invirtiendo en un crudo más liviano", aclaró el experto.
Producción de gas
Los acuerdos entre Rosneft y PDVSA incluyen un plan de cooperación educativa, un proyecto para la adquisición de crudos y productos entre las dos empresas; la constitución de empresas mixtas para el suministro de gas natural y la realización de estudios de factibilidad para la evaluación de los bloques gasíferos Patao, Río Caribe y Mejillones.
"Venezuela es la primera reserva de gas de América Latina, más que Bolivia, y eso no está desarrollado, esa factibilidad es bueno analizarla, para verificar qué posibilidades hay de desarrollo a corto plazo", señaló el especialista.
Ante la caída de precios del crudo, Mendoza Potellá sostiene que Venezuela debe pensar en la posibilidad de más gas.
"Hay que pensar primero en satisfacer nuestra necesidad interna, y luego ver si hay la posibilidad de exportar, y eso no es complicado, por eso es tan importante que sea evaluado", observó.
Los convenios con Rosneft son un apoyo sustancial para una mirada puesta en el futuro, "porque un proyecto de esa magnitud no se va a formalizar en dos tres años".
Según una nota en el sitio web de Rosneft, el gigante ruso implementa cinco proyectos como socio minoritario de PVDSA, tres de ellos en fase de producción: Petromonagas y Petroperijá, en cada una con una participación de 40 por ciento, y Boquerón, en la que cuenta con 26,67 de las acciones.
Además, está en estaba de desarrollo inicial el proyecto Petromiranda, del que Rosneft es socio minoritario con 32 por ciento, y otro en fase de exploración, Petrovictoria, con 40 por ciento.
El crudo estimado inicialmente en esos cinco proyectos es de 20.500 millones de toneladas.
Además, las dos empresas tienen contratos comerciales para la entrega de productos derivados.
La cooperación bilateral entre Venezuela y Rusia responde a una relación estratégica que ha permitido alcanzar más de 250 acuerdos suscritos en varias áreas, entre las que se destacan petróleo, técnico-militar, educación, cultura, vivienda, hábitat y tecnología.