"Para el funcionamiento cognitivo, trabajar demasiado es peor que no trabajar en absoluto", comentó el profesor Colin McKenzie en una entrevista al periódico The Sydney Morning Herald.
Los investigadores analizaron los datos de 6.500 australianos, realizando pruebas de lectura, memoria y capacidad de descifrar los anagramas para evaluar las funciones cognitivas del cerebro.
Los científicos llegaron a la conclusión de que trabajar demasiado es perjudicial para las capacidades de los sujetos a prueba. Como resultado de la investigación, se determinó que la jornada ideal para las mujeres es de 22-27 horas y, para los hombres, de 25-30 horas. Trabajar por encima de dicha cantidad genera estrés y baja productividad.
Cabe señalar que la comunicación con los colegas y los amigos, así como la edad joven —de entre 20 y 30 años— ayudan a la gente a hacer frente a las grandes cantidades de trabajo.