El 26 de julio la convención del Partido Demócrata en Filadelfia proclamó a Clinton como candidata oficial, lo que la convierte en la primera mujer en la historia de Estados Unidos en aspirar a la Casa Blanca.
"No necesitamos el patrocinio de las grandes corporaciones que pagan a los candidatos", dijo la delegada Jenna Harris que participa en una protesta contra la nominación de Hillary Clinton.
"Supongamos que yo le doy un millón de dólares para la votación, lo más probable es que hará lo que yo le diga y eso es lo que ocurre", remarcó.
Harris instó además a terminar con las donaciones que hacen las corporaciones a la campaña electoral de los candidatos, unas donaciones que recolectan los denominados super-PAC (comités de acciones políticas).
Varios delegados demócratas exigen también una reforma electoral en el país.
"Se debe liquidar por completo el sistema de los superdelegados que no favorece a la gente, sino que permite a las grandes corporaciones dar dinero para la campaña y crear los super-PAC", dijo Henry Huerto, delegado de California.
Antes de la convención demócrata Clinton consiguió el respaldo de la mayoría de los superdelegados, sin su apoyo hubiera sido imposible lograr la nominación.
Sin embargo, la ex secretaria de Estado obtuvo también más votos de los delegados comunes que el senador Bernie Sanders, 2220 contra 1831.
Los estadounidenses están llamados a las urnas el 8 de noviembre para elegir a un nuevo presidente.