Para repostar la aeronave en el cielo, los pilotos tuvieron que acercarse al avión cisterna IL-78 a una distancia de 10-15 metros, engancharse a una manguera especial, y a partir de ese momento mantener la posición a una velocidad de 500 km/h.
Esta maniobra se considera bastante difícil, teniendo en cuenta que el MiG-31 es uno de los aviones en serie más rápidos del mundo.

