La empresa TEPCO ha admitido por primera vez en una reunión con la Autoridad de Regulación Nuclear que ese revolucionario sistema, publicitado como la solución definitiva a las continuas filtraciones, es incapaz de cumplir su cometido, ha informado el medio Japan Times.
El método ya se había utilizado antes pero siempre como medida temporal no superior a los dos años, cuando el desmantelamiento de Fukushima se alargará durante cuatro décadas según la hoja de ruta prevista.
La llamada Gran Muralla de Hielo consiste en encerrar cuatro de sus seis reactores en un anillo subterráneo helado de 1,5 kilómetros de largo y 30 metros de profundidad.
Para ello se sepultan varillas refrigerantes que bajan la temperatura del subsuelo hasta los —40 grados.
De esa obra mayúscula de ingeniería se esperaba que evitase la salida del agua contaminada de los sótanos de los reactores e impidiera la entrada del agua subterránea en ellos.
Pero la cantidad de agua tratada no ha cambiado sustancialmente desde entonces, ha confirmado la compañía.
La gestión de las inmensas acumulaciones de agua radioactiva sigue siendo un problema urgente cinco años después de que un tsunami barriera la central y provocase la mayor crisis nuclear desde Chernobil.