Durante la reciente intentona golpista, protagonizada por una facción del Ejército turco, los manifestantes civiles atacaron y lincharon casi hasta la muerte a varios soldados rebeldes.
En este caso, mientras un grupo de manifestantes atacaba a un militar herido, un policía turco corrió hasta él y lo sacó del tanque en el que se encontraba. El agente consiguió detener los ataques de la multitud y sacar al herido del lugar, salvándolo de las iras de la multitud.
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