Es la primera vez que los militares de una nación reconocen públicamente el amplio uso de las armas digitales que habitualmente son asociadas con las acciones encubiertas de los servicios de inteligencia, señala el periódico.
"El Cibercomando ha sido menos eficaz de lo que esperaría el Departamento, y menos eficaz de lo que debe ser. Ellos tienen que aportar resultados", dijo a The Washington Post un alto cargo de Defensa bajo condición de anonimato.
"Saben que les están persiguiendo, así que dedican mucho tiempo a la protección", en particular, la criptografía, dijo la fuente.
Funcionarios del Pentágono confían en que la campaña actual será un paso importante para que ciberataques se conviertan en un medio de guerra "normal", como bombardeos artilleros o aéreos.