"Ella enfrenta un desafío histórico: mantener a Europa unida. Es el interés tanto de Alemania como de Europa. No cabe duda, está muy preocupada", opinó el profesor de Política de la Universidad de Mainz, Jürgen Falter.
Ahora, la líder hará todo lo posible para que Londres permanezca lo más cerca posible de los 27 miembros restantes de la UE y, sobre todo, de Alemania. Aún más, dentro de la Unión, Merkel tendrá que hacer frente a los demás mandatarios, que tienen su propia visión del futuro del continente.
"La influencia de Merkel —en la UE— se debilitará. El Brexit llevará a más divisiones y discrepancias", opinó el jefe de la Oficina del Consejo Europeo para los Asuntos Exteriores en Berlín, Josef Janning.
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Otro desafío para Merkel serán las elecciones parlamentarias de 2017, primeras después de la crisis migratoria en Europa. El partido de la canciller, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), pierde posiciones ante la formación de derechas Alternativa para Alemania, que propaga su agenda antiinmigración. El apoyo a los conservadores moderados germanos en los últimos años cayó del 41% al 33% y, ahora, amenaza al papel de Merkel en la UE a raíz de la impopular política nacional hacia los inmigrantes.
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Pese a sus propuestas para solucionar varias crisis europeas —las de Grecia y Ucrania—, Merkel mantuvo una postura rígida y exigió las concesiones de los países más pequeños, como Hungría, de manera que perdió su influencia en el Consejo Europeo, destaca el Financial Times.
Dada la situación actual, es posible que Merkel preste más atención a los asuntos domésticos. Mientras, el Brexit consumirá los recursos burocráticos de la UE dejando atrás refugiados, Grecia y otros problemas. Así, el rol de Alemania y Merkel en el futuro de Europa está poco claro.