Numerosas entrevistas con agricultores, investigadores y funcionarios gubernamentales revelaron que grandes cantidades de productos frescos cultivados en EEUU se sacrifican por las demandas de los minoristas que establecen unos "estándares cosméticos poco realistas e inflexibles" exigiendo una "perfección inalcanzable".
"Esto es lo que está pasando en nuestro negocio ahora —la producción es perfecta o es rechazada por todos—", lamenta Jay Johnson, quien se encarga de los envíos de frutas y vegetales desde el estado de Carolina del Norte y Florida.
Así, el rotativo calculó que unos 60 millones de toneladas de producción por un valor de 160.000 millones de dólares son desechados anualmente por los minoristas y consumidores.
Según los datos del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias en Washington, entre el 5 y 10% de la población mundial —incluido EEUU— padece hambre y malnutrición.
"Es un problema muy grave cuando tiramos comida a la basura o se echa a perder", enfatizó el director del Instituto, Shenggen Fan.
Además, el 10 de junio el Sistema de Reserva Federal de EEUU declaró que casi un tercio de los estadounidenses adultos viven debajo del umbral de la pobreza.