La longitud del túnel tendría unos 80 kilómetros y uniría las norteñas regiones de Rusia y Estados Unidos, Chukotka y Alaska respectivamente. Agregó que a través de este tramo podrían transcurrir trenes de levitación magnética con una velocidad de 600 km/h, uniendo así América y Eurasia.
"¡Es absolutamente factible! No es más difícil que construir que el túnel que une al Reino Unido con Francia por debajo del Canal de la Mancha. En lugar de intercambiar amenazas, necesitamos trabajar en este tipo de proyectos que nos unan", manifestó Gravel.
El político expresó confianza en que un proyecto de este tipo sería muy beneficioso tanto para Rusia, como para Estados Unidos. La conexión de los dos continentes sería capaz de dirigir "los recursos de Eurasia a las regiones centrales del hemisferio occidental".