Uno de sus primeros objetivos será calmar los ánimos entre los diputados, cuyas posiciones se han tensado recientemente debido a las polémicas en torno al anterior presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, y al proceso de "impeachment" contra la presidenta Dilma Rousseff.

Según la mayoría de analistas Temer esperará a que finalice el proceso de "impeachment" y sea confirmado en el cargo —lo que podría suceder a finales de agosto— para lanzar las medidas más impopulares.
Entre ellas están elevar la edad de jubilación, una reforma laboral que impulse la externalización del trabajo e incluso una subida de impuestos, como dejó entrever recientemente el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles.

Cuando la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) de la Cámara termine su proceso y lo derive a la Cámara para que los diputado decidan si Cunha debe perder o no su mandato el presidente tendrá en su mano dar celeridad o retrasar esa votación, para perjudicar o beneficiar a Cunha.
Además, si finalmente Temer asume la presidencia de pleno derecho el máximo representante de los diputados pasaría a ser la segunda autoridad del país, ya que Temer no tiene vicepresidente.
También tendrá derecho a residencia y coche oficial, a un equipo de seguridad exclusivo y a usar los aviones de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB).